RESEÑA HISTÓRICA DEL COMANDO DEL IIDO CUERPO DE EJERCITO

	CORRIENTES	ENTRE RIOS	BUENOS AIRES

ANTECEDENTES

Dividida en distintos reinos, España culminó en el siglo XV la lucha contra los musulmanes pudiendo lanzarse a la lucha hacia nuevas empresas en nombre de la Corona de Castilla.

El Río de la Plata no es ajeno a ello y el permanente estado de guerra en la Península, por la rivalidad existente con Inglaterra, Portugal y Francia, obliga a los Gobernantes a tomar una serie de medidas defensivas (Alistamiento general de todos los hombres entre los 14 y 60 años de edad, completar los efectivos del Regimiento de Caballería de Milicias y Veteranos, etc). Desde este punto de vista, el Ejército Argentino constituye una prolongación de la colonización armada hispánica, con sus organismos y reglamentos que hereda la Primera Junta Patria.

Las dificultades que acosaban a España le impedían concurrir en apoyo de sus colonias. Esta situación sumada a la distancia existente desde el Río de la Plata hasta la sede del Virreinato de Lima y la Audiencia de Charcas, hicieron necesaria la creación de un nuevo Virreinato, el del Río de la Plata, nombrándose a Don Pedro de Cevallos Virrey y CAPITÁN GENERAL de esos territorios. A esta nueva organización política correspondía una organización militar.

El Virrey como representante directo de la Corona, desempeñaba el cargo de Gobernador y Capitán General; de él dependían todas las autoridades civiles y militares de tierra y mar.

Por tal motivo se instituyó en el Río de la Plata el cargo de Inspector General, en 1793, asumiendo las funciones el Brigadier Olaguer Feliú. Para que su título no se confundiera con el Inspector General de las tropas de Indias, que existía en la Metrópolis, se transformó en Subinspector General, cuyas funciones eran:

• Cuidar la disciplina de los cuerpos de fuerzas veteranas y milicias.

• Mantenerse informado de los efectivos en cada campaña.

• Pasar revista de inspección personalmente a las Unidades.

• Preparar los planes defensivos.

Asimismo existían los cargos de Teniente de Rey, Sargento Mayor de la Plaza, Comandante de Armas, Comandante General de Fronteras, Maestre de Campo, etc.

Al desaparecer los motivos que habían causado su nombramiento se reintegraban a sus funciones, que tenían asignadas con carácter permanente.

Las Unidades existentes eran:

• Infantería: Formada por veteranos, se limitaba a la Defensa de localidades. La Unidad orgánica era el Regimiento, estando a las órdenes de un Coronel. El arma era el fusil y el uniforme era casaca, chupa y calzón azul vuelta y collarín encarnado.

• Caballería: los Dragones al margen de su capacidad para el combate montado, estaban bien instruidos para operar en forma limitada a pie. La Unidad orgánica era un Regimiento, cuya Jefatura era desempañada por un Coronel. El armamento era mixto, componiéndose de carabina, bayoneta, espada y pistola. El uniforme era casaca, tapa y mantilla azul, chupa, calzón y vuelta encarnado.

• Blandengues: tuvo su nacimiento en la ciudad de Santa Fe en 1726; era un cuerpo con aptitud para concurrir a la defensa de fortines, ante el ataque practicado por los indios. En sus comienzos fue una simple reunión de voluntarios, con una disciplina militar deficiente, corregida poco a poco, gracias a los esfuerzos del Virrey, quien los reorganizó, obteniendo la autorización Real para transformarlo en Unidad veterana. Así con las 6 compañías existentes, se constituyó en 1780 un cuerpo, con su respectiva Plana Mayor, cuyo Comandante, que al mismo tiempo era Comandante General de la Frontera, tenía la responsabilidad de su instrucción, disciplina y empleo más conveniente.

• Artillería: No existió en el Virreinato más Unidad veterana de esta arma que la compañía. Hasta que se organizó la Artillería a Caballo en 1796. La misión de las compañías estuvo reducida al servicio de piezas de la Plaza de Montevideo, del Fuerte de Buenos Aires y de las baterías construidas en Maldonado, Colonia y Ensenada de Barragán.

• Ingenieros: No existió en el Virreinato tropas de Ingenieros, pero sí Jefes de la especialidad, que constituían el llamado Cuerpo de Ingenieros dependiente de la Dirección de Ingenieros de España. Tenían como función proyectar las obras de fortificación y, una vez aprobados los planes y presupuestos, dirigir la ejecución.

Las formas de reclutamiento era de: Oficiales (se formaba con los cuerpos de veteranos, tanto peninsulares como de Indias) y Tropa (por sorteo, enganche o destinados, etc).

Poco antes de la primera invasión inglesa al Río de la Plata, el Virrey Sobremonte, con la idea que Montevideo sería el primer objetivo del ataque, dispuso dirigir hacia esa Plaza las tropas veteranas de Buenos Aires. Para atemperar esta medida, reunió a las milicias (habitantes de ciudades y poblaciones de la campaña, a la que se recurría en forma urgente por la escasez de tropas veteranas para repeler una invasión extranjera o indígena).

Producida la Reconquista, por la heroica contribución del pueblo, se resolvió encomendar a una Junta de Guerra el estudio y solución del problema para resistir nuevos intentos.

Luego de arduas deliberaciones, resolvió que lo más conveniente era aprovechar el esfuerzo patriótico realizado, instituyendo el servicio como una prestación obligatoria.

El 13 de diciembre de 1806 fue creado el Cuerpo de Patricios, a las órdenes del Coronel Cornelio Saavedra.

Posteriormente se agregaron el Tercio de Miñones, Tercio de Gallegos, Tercio de Vizcaínos, Tercio de Andaluces, Batallón de Naturales, Tercio de Montañeses, Compañía de Granaderos de Infantería, Cuerpo de Arribeños, Cuerpo de Húsares, Escuadrón de Migueletes, Escuadrón de Quinteros y Labradores.

Esta organización obró sobre la conciencia colectiva, y demostró su valor durante los sangrientos combates del 5 y 6 de julio de 1807.

LA GESTA DE MAYO

En el momento de producirse el estallido revolucionario de Mayo de 1810, la seguridad y defensa del Virreinato del Río de la Plata estaba a cargo únicamente de los Cuerpos Militares criollos en virtud del decreto de movilización general dictado por el Cabildo Abierto del 14 de agosto de 1806 y de los antiguos tercios españoles.

El decreto de la Primera Junta de Gobierno Patrio del 29 de Mayo de 1810, introducía por primera vez en la América española el concepto de Nación en Armas, base jurídica del Art. 21 de la Constitución Nacional.

Luego del proceso revolucionario y la gesta de la Independencia, se van instaurando las autonomías Provinciales y con ellas las de sus Instituciones. La inestabilidad que siguió a esta etapa provocó la desaparición del Ejército Nacional de las Provincias Unidas, surgido en 1810, formándose en su lugar Ejércitos Provinciales, con carácter de milicias, promulgándose dicha Ley el 17 de diciembre de 1823.

Cabe destacar que esta Ley es la medida más importante del Gobierno, anterior a la Ley de Organización del Ejército Argentino del 31 de mayo de 1825. En tal sentido podemos mencionar algunos antecedentes históricos en nuestra jurisdicción:

• 1825: se asienta en la Provincia de Entre Ríos el 1er Ejército de observación, y surgen de la Ley de Estructuración Orgánica los Cuerpos de las Guardias Nacionales de Infantería, Caballería y Artillería.

• 1855: se dispuso la organización en 5 Divisiones, correspondiendo la del Este a Entre Ríos, bajo las órdenes del Presidente de la Confederación.

El Ejército Argentino evoluciona constantemente incorporando estructuras acordes a sus necesidades nacionales, a la inicial arma de Infantería, se agregaron en forma orgánica la Caballería y la Artillería y luego se incorporaron especialidades como Zapadores, Pontoneros de Ingenieros, Comunicaciones, de Construcciones, Aviación, Paracaidistas, Unidades Móviles y blindadas, artillería antiaérea, anfibios, sanidad, etc., constituyendo el instrumento de la Defensa Nacional.